Tu mirada
Carlos Conde
4/25/20251 min read
Traspasa como dos témpanos de hielo de puntas de afiladas. Desgarraduras de miedo y de odio. La esencia del dolor que penetra, anida, carcome. Presencia siniestra, para siempre entrelazada ya en el alma. Serpiente oscura enroscada hasta en lo más bello, envenenando hasta lo más sublime, royendo hasta lo más íntimo. Intentar arrancarla es desgarrar aún más, es ahogarse con el cadáver del sufrimiento de miles que precedieron, es lanzar al mundo el despojo del odio destilado de generaciones innumerables. Es inútil, además, porque la mirada sigue ahí, presente, afuera, en sus ojos, recordatorio perenne de que la única liberación es la muerte… y que la serpiente pasará a la siguiente generación.