Todos los sapos
Carlos Conde
8/11/20251 min read
No recuerdo por qué empecé a besarlos, ya no sé ni qué buscaba, ya ni siquiera sé quién era ni mucho menos quién soy. Me perdí en su viscosidad, en su piel verde y fría, en sus siluetas deformes, ridículas. Ahora, mientras ellos brincan sobre mi cuerpo, desnudos, jugando y croando a su antojo en su felicidad anfibia, ensueño, brevemente, una casi olvidada figura de algún príncipe fantaseado.