Sobre la cosa

Esa es la cosa con el frío: que se parece tanto al miedo, a la dureza, que uno no puede sino anhelar aunque sea un ratito más bajo las cobijas.

Esa es la cosa con el hambre: que se parece tanto a la soledad, al abandono, que uno no puede sino anhelar aunque sea un bocado más.

Esa es la cosa con la sed: que se parece tanto a la desesperanza, que uno no puede sino anhelar aunque sea un trago más, de preferencia de algo que anestesie.

Esa es la cosa con el sexo: que se parece aunque sea un poquito al amor, a la ternura, y entonces una cogidita es mejor que nada –aunque luego de un rato regresen el frío, el hambre, la sed.