Mindfulness

Carlos Conde

9/1/20251 min read

silver car
silver car

Nunca vi el coche; se acercaba a gran velocidad; ni siquiera escuché el claxon, el chirrido de las llantas al frenar. Solo sentí por un instante la caricia del metal contra mi cuerpo, como un delicioso juego previo, la fusión de mi cabeza con el parabrisas, como un orgasmo. Fui una con el auto. Luego, flotaba en la ingravidez absoluta, como si mi espíritu se expandiera, como si estuviera iluminándome. Finalmente, el roce repetido contra el suelo. A partir de ese momento me di cuenta de que era de nuevo parte del planeta, del universo, del vacío y de la negrura absoluta.