Cuarto oscuro
Carlos Conde
8/7/20251 min read
Era el juego de moda. Entrar a oscuras, no ver nada o casi nada, no jugar con personas sino solo con órganos. Hallar placer en esos pedazos de seres humanos sin saber nunca de quién era qué. Esta vez fue diferente; entré, jugué, gocé, pero por alguna razón no pude volver a armarme, a ser uno… quedé disperso entre diversos órganos que se fueron, en diversos cuerpos, cada uno por su lado.